Existen dos grandes «familias» de ruido en edificación: el ruido aéreo y el ruido estructural. Saber diferenciarlos es clave para solucionarlos sin perder tiempo (ni paciencia).
🔊 Ruido aéreo: el sonido que viaja por el aire.
Este tipo de ruido se transmite a través del aire y atraviesa paredes, techos o ventanas. Ejemplos claros:
✅ Conversaciones entre vecinos.
✅ Música o televisión a todo volumen.
✅ El tráfico de la calle.
📌 Cómo se combate: Aumentando la masa (paredes más gruesas o densas), añadiendo material absorbente (lanas minerales) y/o creando sistemas multicapa que reduzcan la transmisión del sonido.
🔨 Ruido estructural: el sonido que viaja a través de los materiales
Aquí el sonido no se propaga por el aire, sino que se transmite a través de elementos constructivos, como paredes, suelos o vigas. ¿Te suenan estos ejemplos?
✅ Pasos o taconeo del vecino de arriba.
✅ Vibraciones de una lavadora o un ascensor.
✅ Golpes o impactos en una pared o suelo.
📌 Cómo se combate: Usando elementos elásticos que desacoplen las estructuras, como silentblocks, suelos flotantes o anclajes antivibratorios.
💡 La prueba definitiva: Si al taparte los oídos el ruido sigue casi igual, es estructural. Si se atenúa notablemente, es aéreo.
Saber de dónde viene el problema es el primer paso para solucionarlo bien.
